PROLOGO.
Ocurre igualmente con el lenguaje escrito, desposeído de la
peculiaridad de la expresión verbal, sin embargo, es corriente que las palabras
plasmadas en un papel también estén preñadas de localismos que demuestran la
procedencia de quien escribe.
Colón entró en Castilla hablando siempre en castellano con la
peculiar forma de expresarse citada, de un extranjero en Huelva, luego es de
suponer sin miedo a errar que dominaba el idioma y eso solo se puede aprender
de una forma, en el regazo materno y los primeros años de la vida. El hecho de
que Colón hubiese aprendido el castellano en país extraño no se sostiene, pues
tal dominio del idioma demuestra todo lo contrario.
En su libro “España patria inefable de C. Colón” (2) Luciano Rey Sánchez,
expone una opinión coincidente con la del ilustre naturalista A. von Humbolt.
(29) El verdadero estudio del idioma castellano empleado por Cristóbal Colón
en todos sus escritos, está por hacer, y es preciso que lo hagan personas de
gran capacidad y prestigio, porque estamos bien seguros que con su alta
autoridad habrán de atestiguar que solo un nacido y educado en España pudo
escribirlo con tanta soltura y naturalidad…” este pensamiento reflexivo
bien argumentado aún no se ha llevado a la realidad, pues no parece que sea de
interés para los doctores de la lengua castellana, hasta hoy en día.
Además, la perfección de sus escritos, su estilo y asimilación de
refranes y giros propios del castellano, no podrían tener explicación mas que
siendo, como era, natural de España, pues ni diez ni veinte años serían
suficientes para identificarse de tal modo con un idioma que empezaría a
conocer cuando ya tenía cuarenta años poco mas o menos. Luciano Rey (2)
escribió en 1941 un extenso libro titulado; ”España, Patria infalible de
Cristóbal Colón” En respuesta a las teorías genovistas del escritor D.Luis
Astrana Marin. El texto, que no tiene desperdicio, es una extensa muestra sobre
el lenguaje del Almirante, pormenorizando una a una las palabras gallegas
encontradas en los escritos y cartas del descubridor del nuevo continente.
Ampliando de forma sustantiva la relación presentada por el
historiador D. Enrique Zás(3) el año 1923.
No era nada novedoso lo de destacar las palabras y escritos
castellanos de Colón, En el inicio de la teoría el señor de la Riega (*) (Año
1892) anticipó de forma contundente cual era el postulado más creíble respecto
al idioma natural del personaje, y no es otro que el castellano plagado de
términos gallegos, manifestó de forma contumaz que era imposible que alguien
nacido en otro país llegase a olvidar su propio idioma, nadie pierde el
conocimiento y el uso del idioma materno habiendo aprendido otro. De la Riega
se pregunta ¿Quién llega a olvidar hasta ese grado el leguaje que aprendió
en el regazo materno? ¿Es posible que Colón no hubiera sentido por la lengua
italiana, esta hubiera sido la suya, el instintivo afecto que todos los
hombres, de todos lo países y de todas las épocas, dedicamos al mismo idioma
nativo? ¿Lo habrá sido el desdén, la indiferencia? ¿Es que, en efecto, ese
idioma no era el suyo? Creo que está
claro como el sol de mediodía. No hay respuesta satisfactoria a estas
cuestiones. Resulta curioso que en sus escritos Colón declara que el castellano
es “nuestro romance” como expresó en el preámbulo del diario de
navegación al exponer a los Reyes el objeto de su empresa, expone que en Catay
domina un príncipe llamado el Gran Kan “que en nuestro romance”
significa rey de reyes. Ocho años llevaba en Castilla cuando se expresaba en
estos términos tan claros.
A propósito de ello escribe el sr. Olmet en la revista “La España
Moderna” “Creemos que toda discusión
sobra desde el momento en que Cristóbal Colón ha declarado por escrito cual era
su idioma.” Aquí debemos entender
que si olvidó el italiano debió obedecer a un estado psicofísico, en virtud de
la cual, por ser tan grande la necesidad de expresarse en castellano, sustituyó
un idioma por el otro.
Continuamos con de la Riega “¿Sucedió por ventura que Colón, sin
darse cuenta de ello, alzó en las tres palabras <en nuestro romance> un
extremo del velo con que se propuso ocultar patria y origen? No hay autor
dramático, ni novelista, ni criminal, ni farsante, ni hombre cauteloso o
reservado, que no deje algún cabo suelto, que no descuide algún detalle, por
donde flaquee la fábula o se sospeche y se descubra lo que quiso ocultar.
¿Obedeció Colón a esta imperfección humana al llamar suya a la lengua
española? Sin duda alguna, y a éste propósito es de notar la soltura con que la
escribía.”
Cristóbal Colón aparece por primera vez, que se sepa, en 1484
hablando castellano de forma clara y siendo entendido por todas las personas
con quienes se relacionó, desde los monjes de la Rábida, al duque de Medinaceli
en el Puerto de Santamaría donde vivió un año y pico, y con los personajes de
la corte con quienes tuvo necesidad de trato. Es forzoso suponer que había
estado anteriormente en Castilla, bien por ser natural de alguna parte del reino
o que hubiese aprendido el idioma desde temprana edad, en algún lugar de
Castilla, aunque fuese extranjero. Lo que es indudable es que no pudo aprender
el castellano el Portugal ni en otra parte habida cuenta de la soltura con que
lo hablaba.
Cristóbal Colón no solo hablaba el castellano, y el gallego por
supuesto, su acervo cultural consta que también dominaba el latín, idioma en
boga de los eruditos y clérigos, ello daba al almirante un talante culto y de
superioridad en la sociedad de entonces.
¿Dónde aprendió a usar el latín? Está claro que en algún monasterio
con el clero. Esto nos da una pista sobre la clase social a la que pudo
pertenecer. El latín era enseñado en las escuelas clericales a donde eran
enviados los hijos de nobles, legítimos o bastardos, para su educación. Era
costumbre que los hijos bastardos reconocidos fuesen internados en los
monasterios para que siguieran el camino religioso, formados como clérigos
rápidamente ascendían en el escalafón llegando a ser obispos y/o cardenales.
Los que procedían de clases más humildes solían ser simples prelados o monjes.
Cristóbal Colón debió pertenecer a la nobleza pues su educación era exquisita
aparte de una inteligencia proverbial, porque su capacidad para el debate y la
argumentación eran verdaderamente grandes.
Esto no justifica que por su portentosa capacidad fuese muy hábil
para aprender un idioma distinto del materno, con el castellano, el gallego y
el latín tenía suficiente para entenderse en el medio que le rodeaba.
Existe un estudio muy interesante publicado por el Almirante Julio
Guillén Tato (15) “La parla marinera en el diario del primer viaje de C. Colón”
Expone un tipo de lenguaje que se utiliza en el mar que se sujetaba a la
necesidad de expresar términos muy concretos sobre los elementos que componían
el navío, el estado del mar, el viento, la climatología y el rumbo. Todos ellos
empleados en todos los mares, desde el mediterráneo al atlántico, aplicando las
expresiones según la localización geográfica.