La Historia está
llena de hechos que nunca sucedieron y contados por gentes que nunca estuvieron
allí.
Con esta sencilla cita se explica cómo,
algunos de los acontecimientos ocurridos en tiempos remotos, todavía estén bajo
la duda y el misterio. Cristóbal Colón se encargó personalmente de cubrir con
una nebulosa todo lo acontecido en torno a su persona antes de su aparición en
Portugal.
Durante los últimos ciento veinte años se propagó al mundo el posible
origen Ligur del gran nauta, pero, había que ratificar de forma documental tal
aserto y ahí está el problema, poder confirmarlo. No se ha podido demostrar
nada a pesar de los intentos, muy creativos, por dotar de solidez a tal argumento.
No vamos a rectificar a tanto sabio que ha
apostado por esta “teoría”, aun conociendo de la falsedad de ese planteamiento,
dando explicaciones más o menos rebuscadas para ello. Nuestra actitud es limpia,
no necesitamos denostar al otro para hacer valer lo propio, pretendemos
ensalzar aquellos argumentos que, a nuestro juicio y ya explicados por
numerosas autores, nos han llevado a la conclusión, y por tanto al
planteamiento de la teoría, de que Colón no solo no era genovés, era y es
español y para más detalle gallego de Pontevedra.
Durante estos últimos siete años me he
dedicado a estudiar con dedicación, todo el procedimiento de investigación
llevado a cabo por numerosos intelectuales y eruditos desde que en el año 1892,
D. Celso García de la Riega, ilustrísimo erudito pontevedrés, encontró unos
documentos con el apellido Colón referenciado repetidamente en ellos.
Documentos de los que hablaremos minuciosamente en su momento.
Debo de exponer ante todo el que me quiera
escuchar, que me ha sorprendido de forma repulsiva la actitud que algunos
personajes e instituciones han presentado, no solo reticencias, sino franca
oposición y combate desde la aparición del planteamiento del señor de la Riega.
Es completamente deleznable que la oposición más violenta y furibunda se
hubiese planteado dentro de nuestro territorio, cuando lo más lógico y natural
hubiese sido un acercamiento entre los organismos competentes para hacer un
estudio serio y fundamentado, haciendo así se podría confirmar o, en su caso,
rechazar cualquier planteamiento después de llegar a conclusiones
científicamente probadas.
Este es un capítulo para tratarlo de forma
también pormenorizada, cómo la felonía, la envidia y la traición está instalada
en esta sociedad, y lo que es peor, las clases sociales más doctas no son
inmunes a estos pecados.
No se explica de forma racional que con soportes
documentales, argumentos geográficos, lingüísticos, genealógicos, las pruebas y
pistas dejadas por el Almirante, todo ello con justificación probatoria, los
doctos historiadores no se hayan levantado en “armas razonadas” en contra de lo
que Don Enrique Zás llamó el dogma petrificado. Siguen manteniendo y
defendiendo aquella causa que sin prueba alguna, signo o evidencia, todavía
resuena por todo el mundo que Colón era genovés, cuando nunca lo fue.
En este blog, que recuperado y reconvertido,
proponemos colocar nuestro grano de arena para proponer, defender, exponer y
lograr que se nos escuchen, ante la evidencia de la rotundidad de las pruebas,
evidencias, circunstancias y documentos que nos dicen claramente que el gran
descubridor es español.
Aunque tengamos que luchar con fuerzas
superiores e inmovilistas, nuestra insistencia y perseverancia estamos seguros
que dará sus frutos en el futuro y podamos cambiar la mentalidad de muchos y
poder así derribar el dogma petrificado al que nos quieren mantener atados de
por vida. Si unos tiramos de un lado y luego del otro, seguro que desarraigamos
ese palo que hay clavado en la mente de
todos ellos.
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